domingo, 18 de agosto de 2019

Travesía Milos Creta, 130 millas de puro placer a la vela





2 de Julio de 2019




Salimos de Milos, con ganas de escapar del Meltemi que ya azota, agobia y molesta a partes iguales, vemos Milos por la popa aun, apenas salimos hace 2 horas, pero noto la libertad del que se escapa.


Paramos en Kleftico, una punta al SW de Milos, donde se les a ocurrido llamar a la zona la torre Eifel de Milos, el que pone los nombres a las zonas turísticas siempre pensé que debía dejar la bebida y las pastillas... El lugar es bonito, en Enero y Febrero, ahora no es mas que el lugar donde se dejan ver los mejores barcos de Cicladas, pude contar 30 barcos fondeados mas un entrar y salir de barcos repletos de turistas para que mojen el culo deprisa, que nos vamos a otro lado... Nos damos un baño y nos vamos, nos a desilusionado el lugar.










Llevamos un viento por la aleta de 11 nudos, que debería llevarnos hasta Creta a vela, incluida la noche, el viento de aleta no es con el que mas rinde el barco, vamos despacio, apenas rozamos los 4 nudos, la mar esta con medio metro, que para un barco como el nuestro, parece que estamos fondeados, ningún movimiento.

Llevo por la popa mis artes de pesca, esperando a que la diosa fortuna, ponga un pez abordo, hace tiempo que guardo botes y botes vacíos con la excusa de poder llenarlos y hacer conserva de algún tipo de tunido o llampuga, serviola, etc...








La travesía después de 12 horas esta siendo un espectáculo, placentera, tranquila, con la temperatura motera, esto es ni frió ni calor, el horizonte limpio a 360 grados, solo veo a Regina a una milla, que hoy viste su genaker, primera travesía nocturna para Monica, no se puede mejorar, charlando con Javi por la raído, el día es esplendido, comentamos que esta ruta es poco transitada, apenas hemos visto de lejos un pasaje y un contenedor en muchas horas de mar, pensábamos que estábamos de suerte, salir de Milos como huyendo, pero eligiendo el día para acometer esta travesía, que no pensábamos hacer en principio.


A las 19 horas, el carrete sale disparado, me pilla leyendo, pero mientras sale hilo a toda leche, me pertrecho para la batalla que me espera, como un baile, Marie ya a preparado, trapos, bandeja, cámaras y cuchillos, llego al carrete y han salido mas de 100 metros de hilo, mas 100 que ya había fuera, me doy cuenta que apenas quedan 30 o 40 en la bobina, empiezo a cerrar el freno del carrete y la caña se dobla un montón jamas la vi así, pensé que se partía, vuelvo a soltar el freno, pero no es buena idea, el pez esta nadando al fondo, el barco a vela en dirección contraria, la tensión en la linea es brutal, voy a las velas, recojo el genova, mesana y suelto escota de mayor, bien, ahora al menos puedo recoger la linea, me cuesta una barbaridad, tengo que parar a descansar, y cuando el pez tira debo dejarle ir un poco, después de 30 minutos y el brazo para tirar, lo vemos por la popa, es el mas grande que hemos pescado, aun esta en el agua, no cantemos victoria, Marie prepara el gancho, intento subirlo sacando la caña sel cañero, mala idea casi se va todo por la borda cuando al pez le da por intentar zafarse y salvar la vida, le meto el gancho y para arriba compañero, hoy no es tu día de suerte, acabaras en el grifo, es una bestia de 12 o 15 kilos, creemos que el mas grande que hemos pescado hasta ahora, le damos muerte rápidamente, no merece sufrir, seguidamente nos disponemos a la tarea, manguera para limpiar la cubierta, lo colgamos de una driza por la borda y lo descuartizamos, haremos al llegar a Creta las primeras conservas de atún en aceite de oliva, veremos como salen.










La brisa nos acompaña, mientras escribo esto, son las 23 horas, llevamos 14 horas en la mar, he cerrado la bañera, estamos en Julio, pero refresca la noche, navegando a vela, la noche sin luna, sin nubes, sin contaminación lumínica, hace que las estrellas se peleen por mostrarse mas brillantes que su vecina, miles de ellas brillan en lo mas negro, destacan, la Polar, Sirio, Orion, Bitel… , la vía Láctea se ve perfectamente, miro durante unos minutos y no tardo en ver algún meteorito estrallandose en la atmósfera y dejando una fugaz linea blanca que apenas dura un segundo, el ruido del barco navegando, el suave balanceo, la fluorescencia que observo en la espuma que dejo al costado, todo ello es lo que me recuerda por que viajamos en barco, en velero, viajamos en barco por momentos como este, en el que todo es simplemente perfecto, estamos donde queremos haciendo lo que queremos, nada falta, nada temo, soy libre.


La noche con vientos flojos, de 7 a 9 nudos, nos hacían navegar a 3,5, 4 algún momento, la hora de llegada se alargaba hasta las 19,30 horas, esto supondría una navegación de 31 horas, pero resistimos el envite y la tentación de arrancar el motor, si hay que llegar a las 19, pues se llega que carallo!! Acaso tenemos algo mejor que hacer que disfrutar de una navegación a vela?  Con la primera luz Marie me releva, voy a dormir un poco, 3 horas que han sido reparadoras, a las 7 estoy en la bañera de nuevo, me doy cuenta que en la guardia de Marie a su ido el viento, tenemos 20 nudos y mar de 1 a 1,metros,lo que al llevar el viento por la amura de Er, demos algún meneo, el barco aguanta los 20 nudos de viento con todo arriba sin inmutarse, aun así enrollo un metro de mayor y los meneos nos abandonan casi por completo, esta velocidad de 7 nudos que llevamos a bajado la hora de llegada hasta las 11Am, lo cual no esta nada mal, escribo esto, tumbado en la bañera a las 9,30.


Los 20  nudos de viento, con el pasar de las horas van formando la mar, le calculo en este ultimo tramo una ola de 2 metros, con rompiente, todo lo que alcanzo a ver esta mezclado entre el azul profundo y el blanco espuma, el cansancio hace mella en nosotros, el barco navega seguro entre 6,5 y 7 nudos, las dimensiones de esta isla, son descomunales, cualquier Ciclada es una piedra a su lado. 


Llegamos a Ormos Spinalonga en Creta, una bahía cerrada, protegida de todos los vientos, echamos los hierros en el primer sitio que nos parece y a descansar, tengo mencionar que esta travesía de 25 horas, con vientos constantes por la aleta entre 8 y 28 nudos, a sido memorable, puse las velas en Milos y no le he dado una vuelta a un winch para nada, tal las puse las he quitado 10 minutos antes de virar el cabo, donde estaba racheado a sotavento, sin duda una de las mejores navegadas de mi vida.







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