domingo, 8 de marzo de 2015

Pensamiento, la idea, una visión idealista de la vida de los navegantes





La visión idealista de una vida a bordo, viajando y conociendo, puede parecer que son unas eternas vacaciones pero es un error, la vida en la mar es dura, muy dura y no nos la planteamos para el resto de la vida si no para unos años. Estar constantemente pendientes de la meteorología, partes, seguridad a bordo, mantenimiento, enfermedades, comida, averías, puede desde tierra parecer un trabajo menor pero es fundamental poner todos y cada uno de esos aspectos por delante del ocio, no hay que olvidar que estarás solo ante cualquier eventualidad y si no te anticipas, cualquier problema puede acabar con tu aventura o hacértelo pasar realmente mal, aun siendo meticuloso en todos los aspectos ese día llegara, pero si has hecho los deberes, primero no tendrás nada que reprocharte y segundo afrontaras mejor lo que acontezca, quizás el resultado final sea el mismo pero como dice un marino amigo mio, la diferencia entre un capitán bueno y uno malo es que el bueno sabe donde y por que le pasan las cosas. 


Antes de ese momento, la decisión es meditada largamente, imaginada hasta el extremo, y la preparación dura años, en nuestro caso aproximadamente 7, programando la vida de forma que al desprendernos de todo, coches, motos, móviles, seguros, impuestos, pagos superfluos, venta de todo lo vendible, nos quedaran unos mínimos recursos que nos permitieran vivir navegando en otro mundo que no sea el primero, donde la presión fiscal y social, la oferta y la demanda, no dejan que las personas vivan, disfruten del tiempo que les ha sido concedido en su totalidad, decidiendo donde ir, que hacer en cada lugar y cuanto tiempo quedarse allí. Seguramente esto es una visión idealista de este modo de vida lo que viene siendo una ilusión, un proyecto para los próximos años en el que el dinero, el estatus, los amigos, la familia etc, pasan a un segundo plano, en el primer plano esta el exprimir, gastar, usar el tiempo que tenemos haciendo de ese tiempo el valor más importante y poniéndolo por delante de todo.



Personalmente he llegado a la conclusión de que echo de menos alguno de mis años de juventud, sobre todo uno en el que me extenderé mas adelante, ese año sabático en el que vendí todo para correr una aventura, la viví, y pensé que no lo repetiría nunca mas, por la edad, por el contexto social, el lugar, etc, pensé que seria irrepetible encontrar de nuevo esa sensación de libertad y descubrimiento diario y así fue, la busque en multitud de hobbies, aficiones y deportes, desestimando encontrar algo parecido y achacándolo a la edad, los desengaños, los palos, que la vida va pasando y te resignas a que aquello no volverá,  pero entonces el verano del 2012 con Marie, me di cuenta durante nuestras vacaciones que eso podía volver, repetirse, hubo muchas casualidades, hay quien lo llama destino, quien sabe… Marie con tiempo por delante, ( en el paro ) yo acabando la temporada de trabajo antes de tiempo, el barco preparado, Septiembre, sol y calor, …partimos durante 50 días, en los que hubo de todo, lluvias, vientos, baños, estupendas comidas y paseos, pero sobre todo gestión del tiempo y ausencia de obligaciones, que no fueran las propias de la seguridad nuestra, del barco, y de las provisiones, de repente un día volviendo al barco una noche con el dinghi en el puerto de Mahón, después de cenar, con la mar plana, entrada la madrugada y con una luna llena blanca y perfecta, la mire a los ojos, ella me miro y lo sentí, lo encontré, volvió de nuevo esa sensación, era la libertad, eso es lo que quería, lucharía y renunciaría a lo que hiciera falta para conseguirlo.


jueves, 2 de octubre de 2014

Soltar Amarras la idea





La idea empieza a gestarse hace bastante tiempo, sin saberlo pero con nuestro primer barco el Dandy, año 2000, un puma 29 con 30 años con el que hicimos nuestras primeras singladuras y estancias a bordo, los primeros contratiempos, sustos y experiencias, con nuestro actual barco L,esquitx, año 2010, un Dufour 36 classic del 2000, que hemos equipado bastante bien, con el que hemos hecho nuevas singladuras, ampliando las estancias y navegando alguna temporada importante después de la época estival… mas seguros, secos y confortables que en el Dandy.

Después volveremos a los barcos pero antes quiero hacer una reflexión, cuando y como se llega a la determinación de salir, de, en definitiva SOLTAR AMARRAS en todos los sentidos no solo al hecho de dejar las amarras en el pantalán mientras salimos a dar una vuelta de día o de fin de semana, hay una diferencia y es que cuando sales un día o un fin de semana o una cortas vacaciones, sueltas las amarras del barco y las dejas en el pantalán y al revés, que es cuando las palabras SOLTAR AMARRAS abarcan todo su significado, es cuando sueltas las amarras del pantalán y las subes a bordo porque ya no tienes amarre, al que volver.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Los primeros pasos en la mar.

Al empezar estos escritos en enero del año pasado escribir sobre mi primer barco, el DANDY, un puma 29 muy resuelto aunque con sus 30 años no se le podían pedir muchas cosas se comporto siempre como un gran barco, uno de los de antes, de los que se dice que tenían peso, gruesa fibra y muy marineros, buen paso de ola, no se cuanta verdad hay sobre todo eso, el caso es que aprendí con el a navegar a vela, desgraciadamente mis padres no pudieron llevarme a una escuela de vela a jugar con optimist o 470, Snipe, etc, Cuando digo Barco lo digo con todas sus letras, ya que para mi un barco es el que es capaz de albergar una tripulación con cierta seguridad y afrontar la mar de acuerdo a su eslora, pero antes del DANDY tuve Botes y Lanchas motoras con motores grandes, pequeños, dentro y fuerabordas, pero esto no son barcos, yo los llamo cascaras de pipa, en esta época, los 90s solo quería velocidad, saltar correr, quemar gasofa a tope, pero me chocaba mucho como cuando yo salia de una cala para guardar la cascara de pipa y marchar a casa, los veleros que se quedaban, sacaban sus luces, cenaban y cuando yo llegaba de nuevo por la mañana estaban antes que yo por mucho gas que yo diera… un buen día un compañero que encontré en una de estas calas después de pasar la tarde con mi chisme atado a su popa, comiendo, riendo y bebiendo llego la hora de marcharme ya de noche cuando me dijo  ¿ oye por que no te quedas tenemos sitio de sobra y por la mañana te vas con tiempo?  Bueno le dije, reconozco que nada sabia de una vela, del ahorro en luz, ni de como funcionaba el WC, pero en 5 minutos se me explico lo justo y  a la conejera fui, por mañana desayunamos y justo después me marche, me marche en mi cascara de pipa con asientos de cuero y radio cassete con sonido espectacular a una velocidad ultrasonica pero el daño ya estaba echo, esos barcos que yo usaba como boyas de repente eran casas donde se podía vivir y las personas que los manejan pueden ser hasta amigos míos….  ese trayecto de vuelta lo pase mirando a los veleros y pensando en que quizás yo podría ser uno de ellos algún día, ese pensamiento me persiguió todo ese verano, lo comente con algunos de mis compañeros quema-gasofa y me trataron casi de demente, me dijeron que no podría adaptarme nunca a navegar a 5 nudos y que esa gente no tiene sangre en las venas, hay que decir que yo amarraba seguramente a mas de 5 nudos…..
pero llego la oportunidad de probar esa navegación tan insulsa, lenta y aburrida, se me invito a salir a dar una vuelta este compañero con su Furia 28 en el que dormí unos meses antes, navegamos unas horas hicimos unos bordos en la Bahía de Palma entre charla y clase teórica del capitán, se paso la tarde y de nuevo al amarre, al día siguiente comunique a mis compañeros quema-gasofa que se vendía la cascara de pipa y que el futuro estaba en un pequeño velero cuando reuniera el dinero y el valor, así llego el DANDY.  Tengo que decir que efectivamente no todo el mundo ve la luz en el mismo sitio, ya que algunos de mis compañeros quema-gasofa lo siguen haciendo con 50 tacos y que ninguno  a avenido a navegar a vela de la misma forma en que yo no he vuelto a subir en una cascara de pipa mas que en el dingui del velero.