23 de Agosto de 2018
Decidimos que en vez de volver a Ítaca donde ya hemos
estado, visitar Atokos, una isla justo en frente, también de un particular en
este caso Griego armador de un bonito velero, lo llegamos a conocer cuando advertía
a Marie de que tuviera cuidado con la marrana que estaba preñada y podía ser
peligrosa.
He llegado a la conclusión de que podemos comer pescado cada día, a fusil no fallo, este pez no se cual es, pero esta rico.
Era el día de la María, ferragosto, una fiesta importante y
este armador propietario de la isla hacia una fiesta, mando poner mesas en la
playa y trajo un grupo musical con música en directo, Marie pensó que lo
montaban para todos los que estábamos en el fondeo, se equivocó y además de que
nos quedamos un día más por eso, nos dieron concierto hasta las 2 o las 3 de la
madrugada y a las 5 de madrugada nos
pillo una gota fría con rachas de 35 nudos de cualquier dirección, solo
estábamos 3 barcos y aun así tuvimos que con el motor movernos varias veces, de
modo que quedarnos un día más nos costó una noche más sin dormir.
Salimos de aquel fondeo movido a una mar más movida aun, con
viento de un lado y ola de otro, de más
de un metro, decidimos volver a Vliko, donde sabíamos que estaba Javi y que íbamos
a dormir bien, después de un par de días salimos hasta Preveza, atravesando de
nuevo el canal de Lefkas, cada milla que hacemos al norte nos indica que esto
se acaba, que nuestra proa apunta a nuestro cuartel de invierno, las tormentas también
indican el final del verano, un verano que paso rápido, pero que estos días aun
corren más, me intento resistir a que
acabe, no queremos volver tan pronto, pero seguimos haciendo millas al norte…
Perdimos el ánodo de la elice y toco instalar otro bajo el agua, como se habían perdido tornillos, Javi me ayuda a cortar unos nuevos que hacemos a medida, todas las reparaciones deben intentar hacerse abordo.
Salimos de Vliko en Lefkas para intentar llegar a cruzar el
puente a las 13, nosotros salimos antes para repostar combustible en la gasolinera que hay un par de millas más
arriba, había una zodiac ocupando 3 amarres, no dejándonos sitio para entrar, el gasolinero en vez de mover la zodiac para
dejarnos sitio, nos mantiene esperando fuera, cosa que hago un tiempo
prudencial, nos vamos sin repostar, el
sentido comercial de muchos Griegos es inexistente, prefieren ponerle 30 litro
a una zodiac que 300 a un velero…, queremos pasar el canal en la apertura de
las 13 así que vamos alegres, el caso es que al ver posibilidades de cruzarlo a
las 12 apretamos el paso, Javi paso por los pelos pues en un momento tiro la
toalla pero un retraso en la apertura le permitió pasar el ultimo, una vez
fuera pudimos ir a vela hasta dentro de Preveza, En Preveza no pudimos
resistirnos a volver a la taberna de Vaso en Vonitsa, donde Javi reservo un día antes, comimos bien
y económico, realmente creo que entramos solo para comer aquí.
No hay mejor publicidad que esta.
Y en Two Rokcs Bay, por fin conocimos a la tripulación del Regulus c, Guille y Ceci, el asado prometido fue debidamente ajusticiado, corrió el vino y la carne entre batalla y batalla.
Mitica botella de vino que encontraron abordo, seguramente de su antiguo armador, que bebimos como si fuera nuestra.
La tripulación femenina.
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El cambio del motor de una nevera de 1000 euros
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