3 de Septiembre de 2017
Una vez llegados a este puerto y viendo que la nevera
sobre la que haré una entrada especial para explicar detalladamente lo que ha
sucedido, no se puede reparar en breve y que este lugar y sus gentes nos gusta
hemos decidido quedarnos unos meses, quizás hasta el inicio de la temporada
2018, donde llegaremos a Atenas si la salud lo permite y nos da la gana.
En este tienda de la avenida Cristoforo Colombo, encontramos a Antonio, un tipo Genial, nos vendió un nuevo equipo de pesca ya que el ultimo atún nos rompió caña y carrete de curri.
No solo eso, nos ayudo a encontrar frigorista, llamando por tf sin parar hasta encontrar a quien buscaba, siempre dispuesto a ayudar, aunque no tengáis que comprar nada de pesca, pasar a tomar un café de nuestra parte.
Una vez quitada la presión psicológica de llegar a la
meta marcada como si esto fuera una regata, un objetivo irrenunciable, todo ha
sido más fácil, decidimos quedarnos unos meses aquí, estamos a gusto, empezamos
a entablar relaciones personales, el frutero, verdulero, bar, yoga, personal
del puerto, los pequeños comercios, es agradable ver las mismas caras más de
una semana, conocer a sus hijos, hablar con alguien, más allá de la pregunta cómo
se va aquí o allá…o donde conseguir esto o aquello.
Alejandro el frutero al que vamos, un campeón local de boxeo apasionado del deporte, gran persona, si un melón te sale malo, se lo devuelves y te dará otro... simple.
Su Bottega llena de recuerdos familiares han estado aquí generación tras generación casi antes que Crotone...
Han sido más de 1000 millas en 2017 que llegan a su
fin, desde que salimos de Francia con la primera navegación de 290 millas hasta
Santa Ponsa, en Mallorca, con el barco sin conocerlo de nada, más de 1000 millas en las que lo hemos pasado
Genial en general y algo pillo de vez en cuando, en fondeos increíbles de
Cerdeña y Sicilia, averías, inundaciones, alguna ola que se nos coló dentro,
navegaciones largas con noches incluidas, atunes, paseos y descubrimientos,
personas y lugares con encanto, otros no. Damos por finalizada esta temporada,
satisfechos de lo conseguido, acabada la necesidad ficticia de tener que llegar
a ningún sitio todo ha sido más fácil.
La moto Dingo, se está revelando como lo mejor que
llevamos a bordo, ya tiene más de 1400 Kmts y la embarcamos con 160 Kmts, eso
puede dar una idea del uso que le damos, hemos llegado a ir a 60 Kmts de
distancia los dos subidos, con mochila, bocatas, cámara, móviles, en fin de
todo, le he instalado un enchufe para el GPS y cargar los móviles, estoy
sorprendido del poco o nulo caso que le hago y siempre que le doy una patada
está en marcha como un reloj, pensaba que siempre estaría dando la lata y que
no sería fiable, estaba muy equivocado, no le puedes pedir grandes velocidades,
80 Kmts es su velocidad de crucero en llano y 60 Kmts subiendo cuestas,
teniendo esto en cuenta, la moto es perfecta, es cierto que pesa, penaliza la
velocidad del barco, y que no la puede llevar todo el mundo por que ocupa sitio, nosotros
pasamos de la velocidad extrema a cambio cuando la bajamos a tierra ella nos da
libertad para conocer sitios, que para eso nos alistamos a esto, el barco es un
medio, no un fin.
Ahora continuaremos la vida en puerto, hemos conseguido
un precio inmejorable en la Automarina Tricoli, no estamos autorizados a
difundirlo aquí, pero mucho mejor que en Grecia, ahora toca seguir adaptando el
barco para puerto e invierno, calefacción, estanqueidad extrema, mejorar
algunas cosas, como cocina eléctrica, algo de domótica que Javi nos hará llegar
de algún modo.
Javi, Mónica y Miss Regina, otra revelación, no sabíamos
hasta donde navegaríamos juntos cuando salimos de Pollensa hace ya meses, ni si habría química o no, a veces las
personas sencillamente no encajan, afortunadamente no fue el caso, Javi es una
persona afable, sencilla en su vida cotidiana, fácil en el trato, buen
compañero, siempre dispuesto a ayudar, ante todo es un navegante, apasionado de
la vela uno de esos de los que quedan pocos, con el tiempo sabremos si nos
hemos cruzado con el último de los navegantes de raza , las cortas estancias
con Mónica cuando ha podido escapar de sus obligaciones terrestre han sido
extraordinarias, una pareja que ha sabido encontrar un equilibrio ideal, ya les
echamos de menos, no sabemos cuándo nos volveremos a sentar a la misma mesa, pero
ojala sea pronto. Buena proa.
Nosotros seguiremos subiendo, actualizando el blog con
nuestras andanzas, pues este no es un blog de navegación exclusiva, sino más
bien un diario de nuestros recuerdos, una forma de poder tener clasificadas
nuestra aventura en este periodo, y si de paso le sirve a alguien pues que se
pague unas cañas si nos cruzamos.
En el ultimo temporal se nos voló la antena de la TV, y Carmine al rescate.